No es oro, todo lo que reluce

Si queridos, este blog comenzó hace menos de un año porque cayó la mayor nevada que habíamos visto en directo en nuestra vida.

Eso ocurrió el 23 de Noviembre, pero ayer, a principios de Noviembre, ya comenzó a nevar.

Y todos me dijisteis que qué preciosa era la nieve. Y yo sólo puedo decir que sí.

Que me encanta cuando nieva,

• porque cada copo es diferente


• porque aunque no salga el sol, parece que hay mucha más luz


• porque todo es minimalista y relajante


• porque cuando sale el sol, todo es mágico
  

Esta foto es del año pasado. No preocuparse.

Pero cuando no estás en casa, a la luz de las velas con un cafecito entre las manos, todo ya no es del mismo color rosa.

Porque

• con la nieve aumenta la posiblidad de romperte una pierna
  esta mañana ya practicamos el patinaje sobre hielo

También de archivo. No hemos llegado a esos extremos (todavía)

• porque se pierde el glamour
  ¿quien piensa en ponerse los zapatos de tacón, a no ser que los utilices como crampones?, ¿nadie os ha contado que el abrigo calentito es el que te hace parecer el muñeco michelín? Bye, bye faldas, no quiero morir de congelación

• porque aunque en Helsinki hay una peluquería a cada paso, el pelo siempre está hecho un asco
  ponte el gorro, vuélvetelo a quitar, todo el día con el peine en la mano
  
  

• porque sacar el coche se convierte en un ejercicio diario
  quita la nieve del parabrisas, retira con la pala la nieve de los laterales, sal de la montaña en la que te ha dejado el quitanieves: aproximadamente 20 minutos de frío y tacos asegurados


• porque cuando sube la temperatura, hay que mirar hacia arriba por la avalancha de los tejados y hacía abajo si no quieres a hogarte en un charco

Y os prometo que no me quejo y que me sigue encantando la nieve. Sólo que no es oro todo lo que reluce.

Si, querida Ely, tienes razón. Es imposible ser infeliz en Finlandia. A pesar de la falta de sol, del frío y de la falta de glamour.

Es imposible porque no merece la pena perder el tiempo pensando en lo que no tenemos, sino en disfrutar de lo que tenemos.

Disfrutar de los días mágicos cuando sale el sol, de las noches de cielo rosa y paisaje minimalista, de las risas (y las agujetas) después del esquí de fondo, de los paisajes nevados, del mar helado y de las tardes de sauna.

Disfrutar de vivir con la persona que quiero, de elegir lo que quiero hacer cada día.

Tienes razón. En Finlandia es imposible ser infeliz.


Este post va dedicado a mi querida Ely, que vive enamorada de Finlandia, a pesar de vivir en uno de los lugares más preciosos del planeta. Un besito, guapa.