Pol nació 10 días después de lo esperado y, aunque hubo un momento que pensé que tenía el embarazo del elefante, toda la espera, las dudas y la ansiedad de los últimos días han merecido la pena.
No hay mejor viaje que el que acabamos de emprender. Cada día trae nuevas sorpresas, descubrimos y aprendemos cosas cada segundo y los malos ratos, que los hay, se olvidan cuando nos mira sin ver.
No os voy a contar cosas que ningún padre no sepa, sólo quería contaros que Pol ya está aquí y que es posible que me tome un pequeño descanso para aprender el maravilloso oficio de ser mamá.
Gracias a los que habéis estado pendientes y a los que os habéis preocupado. Pol os manda una de sus mejores sonrisas (que aunque todavía no sean más que reflejos, sus padres no dudan que es muy féliz).