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Y mientras tanto llegó la Primavera
La Primavera ha llegado tan lentamente, que no me dí cuenta de que había llegado hasta que no ví esto:
Primero llegó el sol. Sé que parecerá raro en otros países, pero disfrutar de varios días de sol seguidos era, hasta hace nada, todo un lujo.
Luego empezaron a llenarse las floristerías de narcisos y las calles de gente. (Parecía como si hubieran salido de una larga y dura hibernación).
Y de repente, un día dando un paseo nos dimos cuenta de que el abrigo gordo nos daba calor y que no todo es marrón alrededor.
Parece que definitivamente la Primavera llegó.
En breve más
Me ha encantado este proyecto de Rhett Dashwood. ¡Hay que tener paciencia para encontrar todas las letras!
La foto del fondo es de Helsinki. ¿Habéis visto que cerquita vivimos del mar?
En breve os cuento.
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Descubrimientos
PC kapput
Mi ordenador ha muerto. Llevaba tiempo en las últimas, pero ayer la pantalla se volvió azul y ya no se volvió a encender.
Hasta que encontremos dónde arreglarlo, no podré actualizar.
Esperemos que sea pronto.
Hasta que encontremos dónde arreglarlo, no podré actualizar.
Esperemos que sea pronto.
Viernes Santo
Mañana en Uudenmaankatu celebraremos el Viernes Santo en clave sallentina.
Hornearemos una coca, que nunca podrá ser como las de la Lola y prepararemos un buen chocolate que me encantaría que supiera al de l'Avia.
Hornearemos una coca, que nunca podrá ser como las de la Lola y prepararemos un buen chocolate que me encantaría que supiera al de l'Avia.
Esta es de Ivana, de "My little things", una artista de la fotografía y de la cocina.
Pinchar en los links para visitarla.
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No tendremos melindros de Cal Trulls, aquí no se imaginan lo bien que sabían, ni prepararemos un par de ollas de chocolate, como imagino que haría l'Avia, pero estaremos pensando en vosotros e inagurando una tradición nueva para mí: comerme el chocolate como cena y no a las 5 de la mañana como los zamoranos.
¡Cómo me gusta esa idea de ayuno de pascua!
¡Cómo me gusta esa idea de ayuno de pascua!
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"Semana Santa",
Familia
Jueves Santo
No cabe duda, la primera vez que mi hermana pequeña hace algo, llueve.
Al principio nos parecía casualidad, ahora simplemente le recordamos que lleve el paraguas, por si acaso.
Así que mis primeros recuerdos de Jueves Santo son su primera salida y no la mía, porque la primera vez que Laura, a sus tres o cuatro años, salió, no llovió, diluvió.
Recuerdo a mi tía Chelo llegar pronto por la mañana para ponernos la mantilla y la peineta. Había trabajo, tres niñas y mi abuela. También recuerdo a mi padre, mi abuelo Manolo y mi tío Salva vistiéndose con la túnica de seda blanca y esa capa verde esmeralda que parece de "superhéroe", porque cuando andan se mueve al viento como si tuviera vida propia, como si volara.
Esa Virgen que gracias a Ana habrá llevado un alfiler que lleva mi nombre, la que subirán como si andara por Balborraz con "La Saeta", esa marcha tan poco zamorana, pero tan suya.
La que este año, como todos los años, acompañó mi padre la tarde de Martes Santo y que volverá acompañar mañana Jueves junto con mi hermano Miguel, que llega hoy desde Pamplona ,y Laura, aquella niña que no se quiso salir con sólo tres años y que la sigue acompañando, llueva, nieve o haga sol.
Pero vosotros tres, tened por seguro que, cómo siempre, iréis acompañados de todos nosotros.
De Salva, de abuelo Manolo, de Paco y de todos aquellos que desfilaron en su momento y que ya no están.
De abuela Elena, que ya no sale pero que siempre sabes que está allí, arriba a la izquierda al final de Balborraz y que cuando pasas le susurra a las de al lado, esas de ahí son mis nietas, las más guapas.
De mamá que se levanta pronto para hacer el café de la mañana antes de que salgamos corriendo a la peluquería a ponernos la peineta y de Mábel, que siempre nos ha llevado y traído para que lleguemos a tiempo.
Y de los benaventanos, que sabes que estarán allá en la catedral, esperando a la salida, como José y Yaya.
Pero sobre todo, os acompañaremos Elena y yo. Elena a su manera, pero siempre ahí, cada Jueves Santo. Y yo, en la distancia, pero caminando a vuestro lado. Lo más atrás que se pueda, lo más cerca de nuestra Virgen, Esperanza de Zamora
Esta entrada se la dedico a Susana, porque la Esperanza tiene que ser siempre lo más importante en nuestra vida y ella nos lo demuestra cada día.
Al principio nos parecía casualidad, ahora simplemente le recordamos que lleve el paraguas, por si acaso.
Así que mis primeros recuerdos de Jueves Santo son su primera salida y no la mía, porque la primera vez que Laura, a sus tres o cuatro años, salió, no llovió, diluvió.
Recuerdo a mi tía Chelo llegar pronto por la mañana para ponernos la mantilla y la peineta. Había trabajo, tres niñas y mi abuela. También recuerdo a mi padre, mi abuelo Manolo y mi tío Salva vistiéndose con la túnica de seda blanca y esa capa verde esmeralda que parece de "superhéroe", porque cuando andan se mueve al viento como si tuviera vida propia, como si volara.
Miguelillo, aunque seas más pequeño también estás en mis recuerdos.
Recuerdo que nos dejaron al inicio de la procesión, con las pequeñas, dónde podíamos oír a la banda de cornetas y tambores y caminar como soldados, pa, pa, parará.
Y a Luchi, la hermana de mi abuela organizando a las niñas. Bueno a ella, y al vara de turno. No se ponían de acuerdo, que si más deprisa, que si más despacio, que si más juntas, que si más separadas.
Y el aire del puente, que se lleva la mantilla, que tira de la peineta, y que si pudiera nos hubiera llevado a nosotras, tan pequeñas cruzando el puente de buena mañana.
Allí íbamos nosotras, con nuestra vela verde y nuestro abriguito negro. Las tres, contentas de poder salir por fin en una procesión, de acompañar a la Virgen, la Virgen de nuestra familia.
Y recuerdo subir por la Cuesta del Pizarro y empezar a llover, pero llover de verdad, como si ya no quedara agua. Y a mi madre desde la acera preguntar si nos queríamos salir. Y nosotras que no. Laura, tan pequeña, la primera.
Tres veces recuerdo a mi madre preguntarlo desde la acera, la pobre callejeando, corriendo por Zamora para poder volver a vernos, para volver a preguntar, para volver a recibir la misma respuesta: no, estamos aquí para acompañar a la Virgen, nuestra Virgen.
Y a Luchi, la hermana de mi abuela organizando a las niñas. Bueno a ella, y al vara de turno. No se ponían de acuerdo, que si más deprisa, que si más despacio, que si más juntas, que si más separadas.
Y el aire del puente, que se lleva la mantilla, que tira de la peineta, y que si pudiera nos hubiera llevado a nosotras, tan pequeñas cruzando el puente de buena mañana.
Allí íbamos nosotras, con nuestra vela verde y nuestro abriguito negro. Las tres, contentas de poder salir por fin en una procesión, de acompañar a la Virgen, la Virgen de nuestra familia.
Y recuerdo subir por la Cuesta del Pizarro y empezar a llover, pero llover de verdad, como si ya no quedara agua. Y a mi madre desde la acera preguntar si nos queríamos salir. Y nosotras que no. Laura, tan pequeña, la primera.
Tres veces recuerdo a mi madre preguntarlo desde la acera, la pobre callejeando, corriendo por Zamora para poder volver a vernos, para volver a preguntar, para volver a recibir la misma respuesta: no, estamos aquí para acompañar a la Virgen, nuestra Virgen.
La misma que mi bisabuelo fue a ver a Madrid antes de traerla. Por la que al llegar a Zamora, mi abuelo Manuel y mi tío Salva rellenaron estampitas para reunir donativos de los zamoranos. La que mi abuela vistió la primera vez que procesionó por Zamora, con un pañuelo blanco que ella misma le regaló, para que pudiera enjugar las lágrimas por el hijo, que caminaba delante, a pocos pasos de distancia.
Esa Virgen que gracias a Ana habrá llevado un alfiler que lleva mi nombre, la que subirán como si andara por Balborraz con "La Saeta", esa marcha tan poco zamorana, pero tan suya.
La que este año, como todos los años, acompañó mi padre la tarde de Martes Santo y que volverá acompañar mañana Jueves junto con mi hermano Miguel, que llega hoy desde Pamplona ,y Laura, aquella niña que no se quiso salir con sólo tres años y que la sigue acompañando, llueva, nieve o haga sol.
Pero vosotros tres, tened por seguro que, cómo siempre, iréis acompañados de todos nosotros.
De Salva, de abuelo Manolo, de Paco y de todos aquellos que desfilaron en su momento y que ya no están.
De abuela Elena, que ya no sale pero que siempre sabes que está allí, arriba a la izquierda al final de Balborraz y que cuando pasas le susurra a las de al lado, esas de ahí son mis nietas, las más guapas.
De mamá que se levanta pronto para hacer el café de la mañana antes de que salgamos corriendo a la peluquería a ponernos la peineta y de Mábel, que siempre nos ha llevado y traído para que lleguemos a tiempo.
Y de los benaventanos, que sabes que estarán allá en la catedral, esperando a la salida, como José y Yaya.
Pero sobre todo, os acompañaremos Elena y yo. Elena a su manera, pero siempre ahí, cada Jueves Santo. Y yo, en la distancia, pero caminando a vuestro lado. Lo más atrás que se pueda, lo más cerca de nuestra Virgen, Esperanza de Zamora
Esta entrada se la dedico a Susana, porque la Esperanza tiene que ser siempre lo más importante en nuestra vida y ella nos lo demuestra cada día.
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Martes Santo
Desde niña, mis recuerdos de este día son siempre los mismos.
La estameña blanca y el caperuz morado estirados encima de la cama de mis padres. El cartón del caperuz al lado de la coqueta. ¡Cuántas veces jugábamos a ponérnoslo en la cabeza para "procesionar" por el pasillo!
Mi abuela, llegando demasiado pronto y nerviosa para ayudar a vestir a mi padre y a mi hermano, como en su día ayudó a mi abuelo y vio vestir a mi bisabuelo. Año tras año desde la fundación de la cofradía.
Y ya de más mayor, a mi madre preparando "Bacalao a la tranca" en la cocina.
Imagen de www.turismocastillayleon.com
Mi bisabuela lo preparaba siempre para que todos los cofrades de la familia fueran a cenar después de la procesión. Primero en la casa de los Herreros, llena de recovecos, con esa cocina antigua y esa despensa enorme dónde los primos jugábamos al escondite. Luego en su nueva casa cerca del río, año tras año, prácticamente hasta el final.
Ahora lo prepara mi madre, porque es Martes Santo y porque hay tradiciones que no deben perderse.
Ahora lo prepara mi madre, porque es Martes Santo y porque hay tradiciones que no deben perderse.
Tradiciones como la de ver pasar la procesión reflejada en el río, cuando ya es de noche y la luna está alta en el cielo. Cuando el Cristo se despide de la Virgen en Cabañales y continua su particular viacrucis hasta su iglesia de San Frontis.
Y mis lágrimas y mi emoción cuando recitan la cuarta estación. La estación de todas las madres y en especial las de Zamora. Las que ven marchar a sus hijos en busca de nuevos caminos, de nuevas oportunidades fuera de su tierra. Las que los echan de menos y esperan que lleguen estos días, en los que la tierra nos llama y es difícil resistirse.
Y cuando el Cristo se mete. Cuando los hermanos se quitan los caperuces y de nuevo vuelves a ver a gente que hace tiempo que no ves. Cuando toda tu familia se reune y terminas diciendo eso de: ¡Bueno, señores, salud para el año que viene!
Ese es mi Martes Santo. Eso y mucho más que hoy no os cuento.
Quise poneros alguna imagen más, pero no tengo propias más que las antiguas de mi familia.
Gracias Laura por buscarlas, escanearlas y mandarlas.
Otro año os enseño la Semana Santa en imágenes o me animo a pedírselas a alguién con talento.
Muchas gracias a todos por preocuparos y por darme ánimos. Estoy bien, solo un poco morriñosa y escribir sobre lo que siento y recuerdo me ayuda a pasar estos días.
Y mis lágrimas y mi emoción cuando recitan la cuarta estación. La estación de todas las madres y en especial las de Zamora. Las que ven marchar a sus hijos en busca de nuevos caminos, de nuevas oportunidades fuera de su tierra. Las que los echan de menos y esperan que lleguen estos días, en los que la tierra nos llama y es difícil resistirse.
Y cuando el Cristo se mete. Cuando los hermanos se quitan los caperuces y de nuevo vuelves a ver a gente que hace tiempo que no ves. Cuando toda tu familia se reune y terminas diciendo eso de: ¡Bueno, señores, salud para el año que viene!
Ese es mi Martes Santo. Eso y mucho más que hoy no os cuento.
Quise poneros alguna imagen más, pero no tengo propias más que las antiguas de mi familia.
Gracias Laura por buscarlas, escanearlas y mandarlas.
Otro año os enseño la Semana Santa en imágenes o me animo a pedírselas a alguién con talento.
Muchas gracias a todos por preocuparos y por darme ánimos. Estoy bien, solo un poco morriñosa y escribir sobre lo que siento y recuerdo me ayuda a pasar estos días.
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Semana Santa
Desde la distancia
Acabo de llegar de Correos de buscar otro paquete.
Mi familia, que sabe que lo pasare mal esta semana y que seguro están tan morriñosos como yo, me ha mandado un paquete lleno de folletos, revistas y programas de la Semana Santa de Zamora.
Mi familia, que sabe que lo pasare mal esta semana y que seguro están tan morriñosos como yo, me ha mandado un paquete lleno de folletos, revistas y programas de la Semana Santa de Zamora.
La vela es mi vela de la Esperanza, mi procesión del Jueves Santo en el que este año no podré salir.
Para que deciros que se me ha vuelto a caer la lagrimita.
Me ha hecho ilusión que hayan buscado todas estas cosas para mí, sobre todo sabiendo que este año las publicaciones han salido mucho más tarde, quien sabe, quizás por la crisis. Sé que han movilizado a amigos y conocidos para que todo me llegara a tiempo y por eso les digo GRACIAS.
Hasta mi sobrina de 4 años ha querido participar y me ha mandado un cofrade por duplicado, con firma incluida, porque "ella ya es muy mayor" y ya sabe escribir su nombre completo.
Sabía que no iba a ser fácil, pero no imaginaba que me pasaría todo el tiempo pensando en lo que estaría pasando en mi tierra en cada momento.
Eso es lo que tiene vivir las cosas "Desde la distancia".
El ayuntamiento de Zamora ha editado un corto promocional de nuestra Semana Santa.
Si tenéis un ratito os lo recomiendo. Detrás de la música ambiental, se oyen los sonidos reales. El de los hachones, las sandalias sobre el suelo de piedra, los tambores, las campanas, pero sobre todo el sonido del silencio.
http://www.zamora.es/lang/zamoravision/
No he sido capaz de poner el link directo, lo siento. El vídeo se llama "Luces, Sentimientos, Sonidos" y es el segundo de la derecha.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.
Si tenéis un ratito os lo recomiendo. Detrás de la música ambiental, se oyen los sonidos reales. El de los hachones, las sandalias sobre el suelo de piedra, los tambores, las campanas, pero sobre todo el sonido del silencio.
http://www.zamora.es/lang/zamoravision/
No he sido capaz de poner el link directo, lo siento. El vídeo se llama "Luces, Sentimientos, Sonidos" y es el segundo de la derecha.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo.
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Nostalgia
Mes de cambios
Si, si.
Ya sé que últimamente tengo esto un poco manga por hombro y que actualizo de Pascuas a Ramos, pero vais a tener que perdonarme un poquito más, sólo un poquito, porque estamos de MUDANZA.
Mientras tanto os dejo con el atardecer que disfrutamos anoche a un paso de nuestra nueva casa.
¡Feliz Semana Santa a todos!
Ya sé que últimamente tengo esto un poco manga por hombro y que actualizo de Pascuas a Ramos, pero vais a tener que perdonarme un poquito más, sólo un poquito, porque estamos de MUDANZA.
Mientras tanto os dejo con el atardecer que disfrutamos anoche a un paso de nuestra nueva casa.
¡Feliz Semana Santa a todos!
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