No hay nada mejor para sentirte como una turista en tu ciudad, que dedicarte a buscar cosas que no sabías que existían.
Este mes en "
La Vuelta al Mundo", el reto ha sido encontrar y fotografiar 12 objetos que enseñen la ciudad en la que vives.
Tengo que reconocer que mientras leía los objetos, iba tachándolos lentamente de mi lista, pensando que aquí sería imposible encontrarlos.
Pero como siempre, Helsinki ha vuelto a sorprenderme y ahora conozco pedacitos de ella que siempre han estado ahí, pero yo no había sabido ver.
¿Os apetece una vuelta?
El primer tesoro era un
campanario y aunque os resulte sencillo, estaba convencida que no lo encontraría. He visto muchas iglesias, muchas incluso con torres altas, pero ninguna con una campana en lo alto, como las de toda la vida.
O eso creía yo, hasta que la encontré en una pequeña iglesia, justo al lado de la Catedral.
Había que continuar con
señales en las calles.
Estas las encontré en una isla que pertenece a Helsinki,
Seurassari. Es como un pequeño museo al aire libre donde se pueden ver construcciones típicas finlandesas a tamaño real. Eso y dar de comer a las ardillas o disfrutar de un fantástico paseo al aire libre.
Y recorriendo la orilla del mar encontré el tercer tesoro: un
puente.
Al final de este puente se puede coger un barco con el que ir a darte un baño a alguna de las islas frente a Helsinki. Un placer.
Y al caer la noche, me fui a buscar mi cuarto tesoro:
un beso.
Enamorados los hay en todas las partes, eso seguro, pero que se besen en público no tanto.
Al menos no en esta ciudad y bajo el acecho de mi lente.
Lo que si encontré fue una
puerta de color.
Mi tesoro número 5 estaba en un antiguo contenedor de barco que hoy sirve para ocultar la basura en uno de mis bares favoritos, el
Korjamo.
¿Os apuntáis a una de sus tardes de jazz al aire libre?
O podemos ir de tiendas. No sólo tenemos el diseño finlandés que todos asocian con Helsinki. También hay muchas joyas por descubrir, como esta tienda que hace mi tesoro número 6:
la fachada de una tienda.
Aquí venden verdaderas bellezas hechas a mano por artistas finlandeses. Me lo quedaría todo.
Y no muy lejos podemos encontrar mi tesoro número 7:
una verja.
¿No os encanta la luz que tenemos en Verano?
Tenemos luz hasta muy, muy tarde. Durante el mes de Junio, casi ni se hace de noche.
Por eso, uno puede sacar fotos como esta a las 10 de la noche.
El día que encontré el tesoro número 8:
una boca de riego, no podía creérmelo. Cosas como estas sólo se encuentran en los edificios antiguos y este, entre las dos catedrales, lo es. ¿Veis la catedral luterana al fondo?
El tesoro número 9 me encontró a mí. Estábamos en un picnic-concierto para familias y mientras la música sonaba de fondo una mamá bailaba con su niña.
Hice click y ahí estaba mi
muchacha desconocida
Media hora más tarde dejo de ser desconocida. Así que Raquel, si algún día lees esto, tienes la niña más bonita del mundo mundial.
Y otro de los tesoros que se hizo de rogar:
un buzón de correos.
Aquí el cartero tiene llave de todos los edificios y te deja las cartas en la puerta de tu casa, pero este restaurante me hizo el favor de colocar un buzón muy moderno sólo para que yo tuviera mi tesoro número 10.
El tesoro número 11 era muy cultural. Teníamos que buscar
letras en el suelo.
Mi finés no da para mucho, si es que esto es finés, pero es curioso que cada día pase por ahí y hasta ahora no hubiera reparado que pisaba sobre palabras.
Y para terminar la búsqueda teníamos que fotografiar
una vespa.
En Helsinki no hay mucha moto. En invierno hace mucho frío y muchas veces en verano también, así que los únicos medios de transporte de dos ruedas que se ven por aquí son las bicicletas.
Pero esta claro que sólo el que busca encuentra, así que aquí tenéis mi tesoro número 12.
¿Os gusta este nuevo punto de vista de Helsinki?
Pues sólo con un
click podéis daros la vuelta al mundo y ver cómo ven sus ciudades en forma de 12 tesoros todos mis compañeros de
LVM.
Espero que lo disfrutéis, bucaneros.