Octubre está prácticamente llegando a su fin y eso significa que el invierno está a la puerta.
Hoy al mirar por la ventana me di cuenta de que los árboles ya no tienen casi hojas
y que los colores han empezado a despedirse de Helsinki hasta que vuelvan con la Primavera.
Noviembre es un mes melancólico por estas tierras: la magia del Otoño se ha ido y con ella se lleva la luz.
Sé que en breve me encontraré deseando que lleguen las primeras nieves.
Mientras tanto, seguiré recordando el Otoño.
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De cartas, calcetines y un poco de Otoño
Hace ya una semana, Cristina y Ana proponían un nuevo reto de esos que me gustan tanto.
La idea es retomar otra vez el placer de recibir y enviar cartas. De no resignarnos a sólo recibir propaganda y facturas en el buzón.
Me encantan esas iniciativas, así que me he subido al carro y empiezo otro 52 semanas, aunque este no sea fotográfico.
Si alguien se anima y quiere unirse al reto, sólo tiene que mandarme su dirección por correo electrónico o dejármela en un comentario para que nos podamos poner de acuerdo.
El cartero ya dejó una carta en mi buzón y espero que sea la primera de muchas.
Las mías van camino de sus receptoras y yo ya estoy pensando en comprar tinta para recargar mi vieja pluma. Esa con las que escribía interminables cartas de amor y confidencias entre amigas al principio de la adolescencia.
Y hablando de amigas y de proyectos que merecen la pena.
Sylvia, además de hacer unas fotos increíbles tiene un corazón enorme de grande.
Hace más de un año decidió dedicar parte de su tiempo a ayudar a niños enfermos de cancer y fundó Conkerr Cancer Oxford.
Su idea era dar un poco de color a la vida de los niños en los hospitales y cómo le encanta la costura, se le ocurrió coserles almohadones personalizados de colores. Ella lo cuenta muy bien aquí, por si queréis saber más del proyecto.
El caso es que se le ha ocurrido alegrar un poquito su Navidad y esta vez se propone coserles calcetines navideños para que la noche de Nochebuena Papá Noel pueda dejarles sus regalos, aunque no puedan pasar la Navidad en casa.
Yo, que casi no sé coser un botón, me he apuntado a la iniciativa y me encantaría que vosotros también os animarais.
Podéis ver como lo cuenta ella aquí y me ha prometido que colgará un post explicando cómo hacerlos paso por paso para todas las que tienen dos manos izquierdas como yo.
Para terminar por hoy os dejo una foto de nuestro paseo del Sábado.
Definitivamente el Otoño en este país es una verdadera belleza.
La idea es retomar otra vez el placer de recibir y enviar cartas. De no resignarnos a sólo recibir propaganda y facturas en el buzón.
Me encantan esas iniciativas, así que me he subido al carro y empiezo otro 52 semanas, aunque este no sea fotográfico.
Si alguien se anima y quiere unirse al reto, sólo tiene que mandarme su dirección por correo electrónico o dejármela en un comentario para que nos podamos poner de acuerdo.
El cartero ya dejó una carta en mi buzón y espero que sea la primera de muchas.
Las mías van camino de sus receptoras y yo ya estoy pensando en comprar tinta para recargar mi vieja pluma. Esa con las que escribía interminables cartas de amor y confidencias entre amigas al principio de la adolescencia.
Y hablando de amigas y de proyectos que merecen la pena.
Sylvia, además de hacer unas fotos increíbles tiene un corazón enorme de grande.
Hace más de un año decidió dedicar parte de su tiempo a ayudar a niños enfermos de cancer y fundó Conkerr Cancer Oxford.
Su idea era dar un poco de color a la vida de los niños en los hospitales y cómo le encanta la costura, se le ocurrió coserles almohadones personalizados de colores. Ella lo cuenta muy bien aquí, por si queréis saber más del proyecto.
El caso es que se le ha ocurrido alegrar un poquito su Navidad y esta vez se propone coserles calcetines navideños para que la noche de Nochebuena Papá Noel pueda dejarles sus regalos, aunque no puedan pasar la Navidad en casa.
(Esta foto es suya. Es de los ejemplos que me mandó por correo y se la he tomado prestada para qué veáis que talento tiene mi niña)
Yo, que casi no sé coser un botón, me he apuntado a la iniciativa y me encantaría que vosotros también os animarais.
Podéis ver como lo cuenta ella aquí y me ha prometido que colgará un post explicando cómo hacerlos paso por paso para todas las que tienen dos manos izquierdas como yo.
Para terminar por hoy os dejo una foto de nuestro paseo del Sábado.
Definitivamente el Otoño en este país es una verdadera belleza.
Paris en clave pequeña
Los que pasais por aquí a menudo sabéis que nos encanta viajar.
Nada nos hace más felices que meter un par de cosas en la maleta y marcharnos a conocer mundo.
El haber aumentado la familia no ha cambiado eso, pero si nos ha descubierto otra manera de descubrir el mundo.
Esta vez disfrutamos de París cual parisinos y no como viajeros que llegan, visitan y se van.
Tuvimos desayunos en la cama.
Comidas ricas, con sobremesa incluida.
Y tardes de parque.
Nuestro favorito, los jardines de Luxemburgo
Se podía disfrutar de las hojas de los árboles.
Mirar los barquitos que navegaban en el estanque.
O jugar un rato en el parque
El parque es sin lugar a dudas el mejor cuidado que he visto nunca y el más lleno de juegos y juguetes.
Hay que pagar, eso sí. 2 € por todo el día por niño.
Los menores de dos años entran gratis e incluso tiene pases semanales y mensuales.
Ni que deciros que padres no había muchos. Muchos abuelos y muchas, muchas "nannys." (Lo siento, la palabra cuidadora me suena mal, mal. ¿Se os ocurre otra?)
Cuando uno se aburre, siempre puede sentarse a ver un partido de tenis.
O simplemente dejar el tiempo pasar y dedicarse a mirar a la gente.
A los que les guste que les miren
O a los que buscan un rato de soledad en medio del gentío.
Ni que deciros que Pol nunca se quería ir.
Pero había que encontrar algún rato para ir de compras
o para hacer un poco de turismo
París. Oh la, la.
Nada nos hace más felices que meter un par de cosas en la maleta y marcharnos a conocer mundo.
El haber aumentado la familia no ha cambiado eso, pero si nos ha descubierto otra manera de descubrir el mundo.
Esta vez disfrutamos de París cual parisinos y no como viajeros que llegan, visitan y se van.
Tuvimos desayunos en la cama.
(También hubo croissants recién hechos en terrazas.
Tres, que Pol también quería el suyo, pero los macarons son más bonitos, ¿no?)
Comidas ricas, con sobremesa incluida.
(Pol no dormía no.
El secreto de la calma y la tranquilidad para una sobremesa de 10 os lo cuento otro día)
Y tardes de parque.
Nuestro favorito, los jardines de Luxemburgo
Se podía disfrutar de las hojas de los árboles.
Mirar los barquitos que navegaban en el estanque.
O jugar un rato en el parque
El parque es sin lugar a dudas el mejor cuidado que he visto nunca y el más lleno de juegos y juguetes.
Hay que pagar, eso sí. 2 € por todo el día por niño.
Los menores de dos años entran gratis e incluso tiene pases semanales y mensuales.
Ni que deciros que padres no había muchos. Muchos abuelos y muchas, muchas "nannys." (Lo siento, la palabra cuidadora me suena mal, mal. ¿Se os ocurre otra?)
Cuando uno se aburre, siempre puede sentarse a ver un partido de tenis.
O simplemente dejar el tiempo pasar y dedicarse a mirar a la gente.
A los que les guste que les miren
O a los que buscan un rato de soledad en medio del gentío.
Ni que deciros que Pol nunca se quería ir.
Pero había que encontrar algún rato para ir de compras
o para hacer un poco de turismo
París. Oh la, la.
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viajando
Cumpleaños en una maleta
Planearlas, prepararlas y sobre todo disfrutarlas.
El cumpleaños de mi hermano fue este Sábado y todos los años, desde que vive fuera de casa, he tratado que el cartero llamara a su puerta a tiempo de llevarle algo dulce para soplar las velas.
Esta vez parecía que no iba a ser posible. No vivía en un lugar fijo y la búsqueda de piso se estaba haciendo más cuesta arriba de lo que había pensado en un principio.
Pero no, el lunes por la noche me llegó un correo con la noticia. Había encontrado piso y me mandaba la dirección por si me servía para algo. (Esta claro que él también quería su tarta)
No había tiempo para mucho, así que esto es lo que salió el martes por la mañana camino de Suiza:
En el interior, todo lo necesario para una fiesta sorpresa:
Vale si, faltaban las bebidas y los cuchillos para cortar la tarta. Pero no queríamos problemas con la frontera Suiza y, seamos sinceros, no había en casa muchas botellas por abrir que cupieran en esa maleta.
Cada cosa llevaba su etiqueta, para que no hubiera dudas.
Y no quise olvidarme de meterle gominolas, para que las compartiera con sus amigos del cole al día siguiente. (:p)
Las velas fueron fieros leones y tigres. Es lo que había de nuestra fiesta de animales, pero yo sé que él se imaginó que eran unos lindos patitos.
La verdad es que mi idea iba más hacia estos caminos
pero aún nos quedan muchos cumpleaños que celebrar.
¡Feliz cumpleaños, bro!
Las fotos fueron tomadas de noche y con mucho sueño, de ahí que no sirvan para ganar ningún premio.
Para la próxima, trataremos de no correr tanto.
Paseando por Nuuksio
Pero ayer el día se levanto soleado, sin una nube, después de semanas y semanas de lluvia y frío y París salió de mis planes.
¿Os venís de paseo?
Tenemos la gran suerte de vivir rodeados de naturaleza. Allí dónde mires hay agua y verde. Al menos hasta que llegan las primeras nieves, entonces todo es hielo y blanco grisáceo. :)
Así que ayer por la mañana nos decidimos por naturaleza en vez de asfalto y nos fuimos hasta el Parque Natural de Nuuksio.
A sólo media hora del centro de la ciudad te encuentras con esta belleza.
Y cómo nuestro peque nunca le dice que no a caminar,
aprovechamos para estirar un poco las piernas y cargarnos las pilas antes de que llegue Noviembre con la rebaja y la falta de luz.
Pol ya anda solito, pero muy pocas veces en la dirección que sus nosotros queremos, así que no hubo más remedio que cambiar de estrategia.
Al principio no estaba muy contento con el cambio, pero luego cuesta arriba, cuesta abajo, no dejaba de contarnos todas las cosas que veía a su alrededor.
No hay nada como una parada para contemplar el paisaje
mientras esperamos a la pesada de mami que se entretiene haciendo fotos raras.
La última, os lo prometo.
Ya sabía yo que no era la última, pero ya verás la siesta tan rica que me voy a echar en el coche.
Ayer fue un día casi perfecto. ¿No pensáis vosotros lo mismo?
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