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Tercera Parda: La Paresse en Douce

Nuestro tercer destino estaba en el Auvergne francés, según todas las guías la "gran desconocida" de Francia.

El día empezó soleado y el viaje en coche estuvo lleno de "ohhhhs" y "ahhs" al ver desfilar la campiña francesa. Después de tanto tiempo viviendo en blanco y negro, tanta profusión de color se siente como un regalo.

El cielo se fue encapotando poco a poco y así nos lo encontramos cuando paramos en el paraíso.

paisaje

La Paresse en Douce era la antigua casa del notario de Tours sur Meymont, un pueblecito en lo alto de una colina. Helen y Henk la compraron y la restauraron cuando decidieron cambiar de vida y la convirtieron en uno de los sitios más bonitos y cuidados que hemos visitado hasta ahora.

Al llegar nos recibieron tan amablemente que nos sentimos como si fueramos unos amigos lejanos que llegaban de visita. La habitación me terminó de convencer de que habíamos llegado a casa.

bienvenidos

Unas manzanas nos esperaban en las camas hechas con mimo y la habitación de Pol tenía el papel que yo siempre soñé ponerle en su propia habitación.

la-paresse-en-douce

Los que me seguís hace tiempo y los que me conoceis en persona, sabéis que no hay nada que más me guste que los detalles y la casa estaba llena de ellos, miraras dónde miraras.

corazón

Por la mañana el sol entraba por esa ventana al final del pasillo y la luz era tan maravillosa que sin saber por qué me hacía sentir muy feliz.

pasillo

Es posible que el desayuno tuviera algo que ver, pero estar rodeada de tantas cosas bonitas me llenaba de inspiración y de ganas de disfrutar.

El desayuno era en el comedor. Una sala con una mesa enorme que servía para juntar a todos los comensales en los meses en los que el tiempo no permitía salir a la terraza. Helen nos contó que ellos la diseñaron y se la hicieron a medida y os puedo asegurar que era una verdadera preciosidad de mesa.

Por la mañana había pan y croissants recién hechos y todos los días nos deleitaron con algo diferente para acompañar: pan perdú (las torrijas francesas), pancakes, huevos revueltos,.... Todo buenísimo y presentado con mucho, mucho gusto.

desayuno

Por las noches, aprovechando el servicio que ofrecen este tipo de alojamientos, nos quedamos a cenar con ellos.

Creo que no podría describiros las cenas, tendríais que vivirlas. Henk es un excelente cocinero, Helen tiene muchísimo gusto para preparar la mesa y ambos son muy buenos anfitriones. Todo estaba cocinado con ingredientes de temporada, comprados y elegidos en el mercado y los menús no se quedaban sólo en la cocina francesa, de hecho, su cous cous es uno de los más ricos que he comido.

Mientras Pol dormía plácidamente en la sala de al lado, nosotros disfrutábamos de una cena pausada y, lo que es más importante, de una conversación agradable y muy inteligente.

Fue un auténtico regalo que no pensábamos encontrar. Cuando uno viaja con niños las cenas con conversaciones de adultos son una rara avis y si además te encuentras con la ambientación y la compañía perfecta, eso si que es de 10.

biblioteca

Lo que no pudimos disfrutar mucho fue su terraza. Primero tuvimos lluvia y luego nos acompañó la nieve, así que sólo el primer día, vestidos para la ocasión pudimos disfrutar de un rato al aire libre.


botas-de-agua

Pol se hubiera quedado a vivir entre su colección de tractores, gruas y camiones, pero también había columpios, un tobogán y una piscina para hacer la delicia de pequeños y grandes.


digit

Ya os lo dije, un pequeño paraíso más que recomendable para recargar pilas, para inspirarse o para pasar unos días perfectos en compañía de los que quieres.

Tours sur Meymont
France

Segunda parada: Chez des amis

La segunda parada fue en el valle del Isere, en casa de unas de nuestras mejores amigas.

Aunque su casa es digna de cualquier revista de decoración, esta vez quiero hablaros más de los exteriores que de los interiores.

Tuvimos la gran suerte de que la lluvia nos abandonó por unos días y aprovechamos para visitar algunos pueblos pequeñitos, pero con mucho, mucho encanto.

Mi favorito, Mirmande.

tras-papa

Un pueblo de calles empinadas, mucha piedra y tantos detalles como minutos tengas para mirar.

Me encantaron sus farolas, ecológicas, pero con un toque muy especial.

farola

Sus puertas, a las que daban ganas de llamar para quedarse.

llama

Y por supuesto me asomé por alguna que otra ventana, todas ellas con sus visillos, todos diferentes entre sí.

ventana-con-visillo

Como era temporada baja casi todas las pequeñas tiendecitas estaban cerradas, pero me quedé con ganas de comprar algo aquí. A falta de pan, me traje un trocito de su esencia, pillado desde el otro lado del cristal.


tienda

También fuimos a ver naturaleza en estado puro. Nos acercamos hasta la estación de esquí de Villard de Lans y por el camino paramos a ver las cascadas que provoca el deshielo.

cascada

Una de las cosas que más me gusta de viajar con niños es la posibilidad de verlo todo por primera vez a través de sus ojos.


que-hondo-papi

Pol miraba todo extasiado agarrado a la barandilla y con la tranquilidad de saber que su padre estaba allí sujetándolo. Tuvo un momento en el que tanta grandiosidad le superó y se metió el dedo en la  boca, pero sin dejar de mirar.


que-grande-todo

Por el camino paramos en Pont-en-Royans, un pueblo montañero con unas casas muy coloridas y colgantes, como las de Cuenca. Otro de esos pueblecitos con encanto que merece la pena visitar.

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La verdad es que quedamos enamorados de la zona y ya estamos planeando volver de nuevo para conocerlo en otra estación del año.

  carro


Muchas gracias chicas. Ahora os toca a vosotras. Helsinki os espera.

Primera parada: La Ferme de Marie Eugènie

Por primera vez en nuestra vida no elegimos nuestro destino por las cosas que queríamos ver, sino por los sitios en los que nos apetecía estar.

Es quizás una opción arriesgada, pero hay países, como Francia, en los que estoy segura que siempre hay algo que merezca la pena conocer sin importar la zona que visites.

Nuestra primera parada estaba en la Borgoña Francesa, en medio de un campo cerca del pueblo de Bruailles, a unos 130 km al norte de Lyon.

Llegamos de noche, con un peque casi dormido y nos sentimos inmediatamente como en casa.

La Ferme de Maria Eugènie es una antigua granja que pertenecía a la familia de Maria Eugènie. Cuando la heredó, decidió dejar París y su trabajo como publicista, para empezar una nueva vida con su marido.

para llamar

Recuperaron la granja, de hecho todavía siguen en ello, y la abrieron como Chambre d'hôtes, que viene a ser como el Bed&Breakfast inglés o como esos hostales españoles de antaño, con mucho encanto y un desayuno de no tener que comer en todo el día.


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Sólo tienen 4 habitaciones, a cada cual más bonita y las 4 comparten una zona común en una casa anexa que nosotros utilizamos mucho, más que nada porque la lluvia no invitaba a pasar todo el rato corriendo por el campo.

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Creo que es un sitio perfecto para pasar varios días, bien para una escapada romántica

pajaros

o para ir con amigos o en familia.

mic

La casa compartida estaba llena de libros, cuentos, juegos de mesa, juguetes música, películas,y cualquier cosa que se pueda necesitar para pasar una tarde entretenida si el tiempo no permite estar afuera.

Sé que cuando uno va de viaje no piensa en quedarse dentro del hotel, nosotros tampoco, pero os lo cuento para que os hagáis una idea de lo detallistas que son y de lo mucho que se esfuerzan porque te sientas agusto, casi como en casa.


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Como íbamos preparados para la lluvia y para el frío, pasábamos gran parte de la tarde cerca del estanque.


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Pol tiene cierta habilidad por meterse en cualquier lugar donde haya agua, sean charcos, estanques, piscinas o el ancho mar, así que dedicábamos parte de nuestro tiempo a mirar a los peces y a tirar piedrecitas y la otra mitad y tres cuartos a evitar que se metiera de lleno en el agua.

Esas cosas que pasan.

Todavía no os he contado nada de la comida. Muchas chambres d'hotes ofrecen cena entre sus servicios. A nosotros que nos gusta probarlo todo y con un niño pequeño con "horarios reducidos", decidimos cenar todos los días allí.

Maria Eugénie nos contó que lleva toda la vida cocinando para sus 5 hijos y que trata de cocinar para sus huéspedes como cocinaba para ellos. Yo sólo os cuento que sus hijos deben ser grandes y fuertes, porque ningún día conseguimos acabar ni la mitad de la comida que nos servía y al segundo día optamos por saltarnos la comida o hacerla muy ligera, porque no nos queríamos perder ninguno de sus 4 platos.

boles

He dicho 4, si, pero debería contar el aperitivo que nos servía Dominique, su marido, antes de empezar la cena, mientras comentábamos como nos había ido el día.

Y si como a mí os encantan las puestas en escena, os contaré que cada día la mesa estaba presentada de una manera diferente y que la cocina estaba hasta arriba de vajillas, cristalerías y todo tipo de utensilios de cocina.

Si algo tengo claro después de estas vacaciones es que necesito invertir en vajillas para mi cocina, con eso os lo digo todo.

En definitiva, es un lugar lleno de detalles y en el que apetece quedarse un tiempo largo.


la-jaula

Y si eso ocurre en la época más fea del año, que pasará cuando llegue la Primavera o caigan las hojas en Otoño. Quizás podéis pasar a verlo y nos lo contáis, porque seguro que sigue siendo maravilloso.


casa de pajaros



Nota.-

Como información turística os contaré que dedicamos mucho tiempo a pasear y conducir sin rumbo, pero que visitamos dos ciudades más o menos cercanas que merecían la pena: Beaune y Louhans.
Además nos acercamos a alguna granja escuela pero estaban cerradas por ser temporada baja. No nos importó mucho porque podíamos ver los animales desde la valla y no veíamos a Pol muy por la labor de ordeñar una vaca (no os cuento nada de sus papis). 
Sobre idiomas, nos entendimos a partes iguales entre el inglés, el francés, el castellano y el catalán. Nuestro francés no es para echar cohetes y a ellos les pasaba algo parecido con el inglés, pero como los idiomas están para entenderse y a los 4 (o 5 según se mire) nos gustaba hablar, no encontramos ningún problema para entablar conversación.

De cualquier forma, ya sabéis que para más información siempre podéis preguntar. Estaremos encantados de ayudaros 

Organizando vacaciones

Desde que vivimos por aquí, tratamos siempre de hacer unas mini vacaciones de invierno para darnos una tregua de tanta falta de luz y exceso de nieve.

Este año elegimos la campiña francesa. Teníamos muchas ganas de llenarnos de verde, de que el peque corriera por el campo y ya de paso visitar a unas amigas muy queridas que ahora viven por allí.

muu, la vaca

Ha sido un viaje atípico, nada preparado, primero porque no tuve mucho tiempo antes de irnos y segundo porque quería cumplir con mi propósito de este año:  disfrutar del momento y coger las cosas como vengan, despacito y con buena letra.

in slow motion


Jaume se ocupó de la logística: billetes y coche de alquiler y yo me ocupé de la parte bonita: escoger alojamiento.

Soy de las que mientras pasea por la calle mira por las ventanas de los demás. Me gusta ver cómo viven, si juegan o ven la tele, observo como tienen decorada la casa y hasta alguna vez me encuentro moviendo mentalmente sus muebles de sitio.

tras la ventana

Por eso, buscar apartamentos u hoteles por internet es un pasatiempo que me encanta. Café o té en mano y me paseo por habitaciones, salas de estar y jardines de todo el mundo. Uno, dos, diez, veinte, pierdo la cuenta, hasta que elijo.

Esta vez sólo teníamos claro que fuera dónde fuéramos teníamos que pasar unos días en  Teche, un pueblecito precioso en la región de Isere, dónde nuestras amigas han decidido instalarse.

Así que mapa en mano me puse a buscar y no puedo dejar de deciros que me llevé alguna que otra sorpresa. ¿Sabíais que hay muchos hoteles que recomiendan abstenerse si viajas con niños?

Primero me enfadé, pero después se me pasó. Si los niños no son bienvenidos, ese sitio no es el que estoy buscando. Seguro que no tienen jardín para correr agusto, la comida es remilgada y les molesta oir una y 1000 veces la canción de Cailloú. Al final, hasta les agradecí que lo avisaran de antemano para no fastidiarnos las vacaciones.

triciclos 

Y así buscando hoteles "children friendly" dí con las dos maravillas que marcaron nuestra ruta.

Creo que ambos sitios merecen post a parte, porque son sitios preciosos, pero sobre todo porque son 100% recomendables, tengas hijos, viajes sólo, en pareja o con un grupo de amigos, así que tendréis que esperar un poquito para verlos.

Por ahora, sólo os cuento que nos lo hemos pasado así de bien.

saltando

Y que este, nuestro país de adopción por un tiempo, nos dio así la bienvenida a la vuelta.

helsinki at sunset


Sé que la primavera está a la vuelta de la esquina. No sabéis las ganas que tengo de saludarla.

Estamos descubriendo mundo

No sé muy bien dónde ni que estaremos haciendo mientras leéis estas líneas.

la puerta al otro lado

Estamos pasando unos días (me temo que lluviosos) en el noreste de Francía. La idea es andar por el campo, descansar y disfrutar de buena comida, bebida y mejor compañía.

Os cuento a la vuelta.

reflejos

Si queréis mirar que hacemos por una ventanita, podéis seguirnos en Instagram. Estaremos encantados de saludaros. Au bientot.


morning

Marché aux Puces

Tengo predilección por las cosas con historia. Me gusta pensar lo que vivieron antes, lo que llegaron a ver, así que cualquier tienda de segunda mano, cualquier mercadillo me parece la cueva de Alí Babá, llena de tesoros por descubrir.

we were toys

La realidad es que luego no compro mucho. No tengo el don de los que encuentran chollos en cualquier montaña de ropa y me lo pienso tanto que casi siempre vuelvo a casa con los bolsillos vacíos.

En esta última visita a París fuí por primera vez al Marché aux Puces.

Aunque reconozco que es un sitio un poco turístico y que muy probablemente ya no es lo que era, sigue teniendo ese aire shabby chic que debía tener antaño.

Los vendedores no pueden vestirse más parisinamente y hasta la gente que se acerca a curiosear parece que viniera preparada para la ocasión.

eligiendo

Todo está expuesto de forma casual, pero muy pensada y dan ganas de tocar, mirar y llevarte todo a casa.

brillo


Callejeé sin rumbo entre las tiendas que vendían telas antiguas, piezas de juguete, revistas de moda y piezas de oficios antiguos.

zapatero a tus zapatos

Las revistas antiguas me encantan. Creo que no sólo cuentan una historia, sino que algunas de sus páginas pueden ser un objeto de decoración especial.

Echo de la Mode 
Además me hizo gracia ver los carretes a granel, tan de moda entre el mundo craft

carretes

Los carteles de promoción de comics de antaño
super hero

y hasta tiradores para aquellos que están renovando sus casas.

yo abro y cierro las puertas

No pregunté precios, ni regateé. Llegamos a primera hora de la mañana y no quería cargar con mis compras durante todo el día (la cámara ya pesa bastante), pero tengo que volver porque me quedé con ganas de traerme estas letras de imprenta a casa.

el 7


Me encantaría decorar mi despacho con mi palabra de este año: LENTITUD, no siendo que con las prisas vaya a olvidarme de ella.

Y vosotros, ¿qué os hubiérais traído?

Escenas de París

Me enamoré de París el primer día que puse un pie allí. Tenía 16 años y muchas ganas de comerme el mundo.

postales


¿Os imagináis mejor viaje que París con una de tus mejores amigas? De esas amigas con las que no necesitas hablar para saber qué le gusta o qué está pensando en ese momento.  ¡Fue perfecto!

He vuelto en varias ocasiones, con mis hermanos y con mi nueva pequeña familia, cada una de ellas una visita distinta, una experiencia diferente, pero el mismo París.

Carrousel La Belle epoque


Esta vez, como no,  ha vuelto a ser especial.

No he tenido las prisas de quien lo quiere ver todo, ni lo he mirado desde el punto de vista de un niño de un año y poco.

Esta vez he podido pararme, andar sin rumbo, fijarme en los detalles y escuchar a la ciudad.

música en la calle

Ha sido un mano a mano: París, mi cámara y yo. Acompañada por un grupo de gente muy especial y guiada por una persona que siempre ve más allá de la superficie.

Me fijé en los que aún descansando no pueden parar ni un momento.

le telephone

En las bicis aparcadas con estilo

drive safely

En los hilos de luz que regalan momentos de magia

amanece en París

En la gente en su lugar de trabajo

pintor que pintas con amor

Y en sus herramientas listas para trabajar.

paleta de color

Disfruté cada segundo allí, desde la mañana

sale el sol

hasta la noche.

metro

y no tengo que contaros que ya estoy pensando en mi próxima visita, porque como dijo Bogart, a mí siempre me quedará París.

almost parisian girl




Ana, si estás ahí, si lo lees, ya es tiempo de volver. Los cafés de Montmartre siguen siendo los más caros del mundo, pero siempre que me tomo uno me acuerdo de tí. :)
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