Últimamente sólo os cuento el frío que hace y que la nieve lo tiene todo cubierto.
Monótono, lo sé, pero desafortunadamente eso es lo que rige nuestros días.
El domingo volvimos a alcanzar el máximo histórico, al menos a lo que mi historia se refiere.
-21ºC a pleno sol, o mejor dicho, a plena luz del día, porque aunque sol había, no quiero dar a entender que el el astro rey calentaba.
Forma de transporte de niños más cómoda.
Las sillas y los coches o no caben por los huecos dejados por las quitanieves, o tardan años en vencer todos los obstáculos.
Solución: el trineo
Nos pensamos mucho si aventurarnos a la calle, pero desaprovechar la luz del sol (o del día) nos parecía un sacrilegio, así que nos vestimos cual asaltadores de banco acebollados (por intentar dejar al descubierto lo mínimo posible y el número de capas) y salimos a la calle.
No sabéis lo divertido que es tirarse sobre la nieve. Está blanda, blanda y cuesta bastante levantarse.
¡Una experiencia!, que me cuenten los que viven en el polo Norte (o Sur) como lo aguantan.
El aire helado te hacía sentir que la cara se te caía a pedacitos (la inversión en cremas tiene definitivamente que aumentar) y el viento, bueno, el viento nos hizo cambiar de calle en varias ocasiones, porque lo prometo, no se podía andar por ellas.
Arquitectos y planificadores de Helsinki, ¿dónde están los cortavientos?, ¿dónde las calles en las que el aire no atraviese como Pedro por su casa dejando al pobre peatón luchar contra las adversidades?
Creo que ha sido el único día que mi Sallentí ha aceptado tan ricamente ir de compras. De tienda en tienda, de subterráneo a subterráneo, para llegar a comer esta sopa, recompensa del soldado.
Parece gracioso y, en el fondo, debajo de la manta mientras estás tumbado en el sillón, lo es. Pero para que os hagáis una idea de cómo está el asunto, hay brigadas limpiando continuamente calles y tejados de nieve. Las calles para hacerlas mínimamente transitables, los tejados para que no se venzan con el peso.
El ejército ha salido a ayudar y parece ser que no saben que hacer ya con tanta nieve, ¿exportación de granizados?. Según me han contado han hecho un agujero en el mar (que también está helado, claro), para librarse de ella, pero el mar ya no acepta más nieve y cada vez hay más montañas de nieve por todos lados. (Aquí tenéis otra teoría del futuro aumento del nivel del mar)
Y lo peor, lo peor es la difícil vida del viandante y del que no tiene garaje. Del viandante porque los coches aparcan dónde y cuando pueden, o sea, muchas veces en la acera, los quitanieves dejan poco camino para pasar y nieve sobre nieve produce unas capas de hielo, que dentro de nada todos seremos campeones mundiales de patinaje sobre hielo.
Y los conductores. Bueno, los conductores tienen que pasarse sus 20 minutos matutinos limpiando nieve e hielo de parabrisas, ventanas, espejos y demás. Eso, si no hay que sacar la pala para salir del huequecito que con tanto esfuerzo has encontrado la noche anterior.
Y por la noche, cuando llegas a casa, hay que ser el mejor en la dulce tarea de aparcar. No sólo hay que encontrar un sitio en el que no esté prohibido, también hay que tener suerte de que hayan limpiado la calle y los aparcamientos no estén hasta arriba de montañas de nieve.
Pero sobre todo, sobre todo, hay que saber dónde uno se mete. O puede pasar lo que hoy nos ha pasado a nosotros:
sitio en batería, más coches aparcados a ambos lados, parece seguro
¿aparcamos?
después de muchas maniobras, nos decidimos, metemos el coche y,.....
Señores y señoras, el hielo había formado una montaña que no se apreciaba a simple vista y nuestro coche quedo suspendido en ella. Suspendido, sí porque las ruedas no tocaban nada sólido.
Finlandia es un país de gente amable, así que en seguida tuvimos un grupo de aguerridos empujadores para ayudarnos a salir. Que si para adelante, que si para atrás, que si la pala, que si esto es hielo puro,.....
Amigos, al final, una hora después, vino la grúa.
Las fotos son de hace dos fines de semana, a 10 bajo cero.
A -21ºC, no conozco muchos aguerridos que se quiten los guantes para sacar fotos.
Haberlos, haylos, pero no me encuentro entre ellos.