Black Oveja

Conocí virtualmente a Merche hace más de 5 años y desde el primer momento que aterricé en su casa, Grosso Modo, sentí que era un lugar en el que quería quedarme, un sitio inspirador, emprendedor y con mucho, mucho estilo.

La visitaba silenciosamente cuando su blog era un lugar sin palabras, seguí encantada sus avances por el mundo de la moda, sus colecciones de ropa como Grosso Modo y el nacimiento de Black Oveja con  bufandas gigantescas y jerseys amorosos para Nerds.

Allí ví por primera vez como se carva un sello, nubes, bigotes y gotas que ahora veo por todos sitios, diseño gráfico mezclado con fotografía, ilustraciones preciosas y muchas, muchas otras cosas que  admiramos en blogs extranjeros y que hace tiempo teníamos por aquí.

Ella me presentó virtualmente a mucha gente que admiro: Mr Wonderful, Píntame el día, La Condesa, Jeez Vanilla, Caterina Perez, Estudio Duermevela o a mi querida Paula de Olivia Soaps entre muchos otros.

Su sueño era tener un salón de té donde se pudiera tricotar y todo fuera orgánico. Como no tuvo abuela que le enseñara a hacer ganchillo, intercambió clases de diseño gráfico por aprender a tejer y en un plis plas se embarcaba en su sueño, acompañada por el Manager, un encanto de hombre al que hace dos viernes pude por fin poner cara.

Sé que puede parecer raro, pero conocer a Merche fue como ver a una amiga que hace mucho que no ves.

Hablamos un ratito pequeño, poco, porque su sueño estaba lleno de gente deseando comprar lanas, pedir telas o apuntarse a uno de los múltiples cursos que tienen para aprender a hacer maravillas.

De la tienda, sólo os puedo recomendar que paséis a verla porque no os va a dejar indiferentes.

He vuelto cargada de unas telas preciosas que pronto se convertirán en cojines con la ayuda de mi madre,

con libros de ganchillo, ese nuevo hobby que tanto me relaja

   

y con muchas ganas de tener un rato más largo para hablar con ellos con calma, para hacer algún curso entre lanas, tés ricos, pastas y gente majetona y para sentirme de nuevo como en casa, en ese lugar que comenzó sólo siendo un sueño, pero que es ahora algo muy real y lleno de vida.

Un placer abrazaros. Ahora os esperamos en Helsinki.

Black Oveja
c/ Sagasta, 7
Madrid