Dicen que hace más de 20 años que Helsinki no tenía un invierno tan frío, pero en mi caso es más de 30, o sea desde que nací.
A veces no puedo evitar pensar lo bien que hacen los osos, que se ponen a hibernar y esperan a que llegue la primavera. Yo este año estoy hibernando a mi manera. Duermo más horas que un lirón y el resto me lo paso mirando por la ventana y admirando los paisajes blancos que se están creando a mi alrededor.
Pero salir, salir no salgo mucho y cuando lo hago mis fotos quedan todas chuchurrías y no muestran lo que veo, así que cuando vuelvo a casa heladita como un carámbano pienso en la posibilidad de teletransportarme a un "onsen" japonés.
Los onsen en Japón son como las saunas en Finlandia, lo único, que en vez de calor seco son unas piscinas de agua ardiente (46 graditos de nada de procedencia volcánica).
El tema del baño es para ellos todo un ritual. Tanto, que para evitar faltas de educación por desconocimiento por parte de los occidentales, en las habitaciones de nuestro ryokan (hotel de tipo japonés) había una explicación muy detallada de cómo teníamos que utilizarlo.
Lo primero, es importante no bajar vestido con ropa de calle, sino con la yukata, un kimono muy mono que te dejan en la habitación y que se utiliza también como pijama.
No os enseño la Yukata, pero si los maravillosos calcetines de los que también disponías, para bajar haciendo equilibrios con las sandalias de madera.
Una vez que llegabas al Onsen tenías que despelotarte, si, si, nada de bañador o bikini permitido. Eso sí, los onsen a los que nosotros fuimos no eran mixtos, así que los compartías con viejecitas japonesas, que eran las únicas turistas con las que te cruzabas en esa época del año.
Y entonces empezaba el proceso de limpieza aquí.
Algo muy importante es no estar de pié, ni hablar alto o reírte con las amigas. Tú te arrodillas o te sientas en los sentajos de plástico y te lavas antes de poder entrar a la piscina caliente.
Con el set te daban una toalla pequeña que nosotras utilizamos como en la sauna finlandesa, es decir, para poner algo entre tus posaderas y el sentajo de plástico. Pero, no, craso error, la toallita hacía las veces de esponja y recibimos alguna mirada reprobatoria por no utilizar los utensilios adecuadamente.
Una vez que estás limpito ya puedes introducirte en el agua. Eso sí, sin correr, sin tirarte de bomba y entrando poco a poco pero con decisión, porque estar de pie se considera de mala educación.
Lo que se ve nublado es vapor que salía del agua hirviendo.
Todas las fotos tienen poca luz, porque sólo me atreví a ir a hacer fotos muy tarde, cuando pensaba que no me encontraría a nadie dentro. Con tantas instrucciones y tantas normas de urbanidad, me parecía de muy mala educación que me vieran con la cámara.
Cosas que me enseñaron de pequeña. ;)
Todas las fotos tienen poca luz, porque sólo me atreví a ir a hacer fotos muy tarde, cuando pensaba que no me encontraría a nadie dentro. Con tantas instrucciones y tantas normas de urbanidad, me parecía de muy mala educación que me vieran con la cámara.
Cosas que me enseñaron de pequeña. ;)
No os cuento que el agua está que escalda. Eso sí, al minuto te encuentras tan agusto que dejas que los dedos de los pies se te arruguen como cuando eras pequeño y no querías salir de la bañera.
La parte mejor viene cuando decides utilizar los onsen exteriores. El agua está igual de calentita, pero fuera hace un frío de espanto (no finlandés, pero no estaríamos a más de 10ºC). Y si encima es de día y puedes disfrutar de este paisaje, ni te cuento como lo disfrutas.
Vamos, que una delicia de experiencia. Y si luego llegas a la habitación y ya tienes la cena esperándote, ni te cuento.
Sé que tiene pinta rara, pero todo (o casi todo) estaba buenísimo.
Alta cocina japonesa.
Alta cocina japonesa.
Toda una experiencia si señor.
Pues eso, que después de recordarlo reivindico el teletransporte.
Si queréis ver un onsen en un ryokan de lujo, pinchad aquí y soñar como lo hicimos nosotros.
(El agua del onsen escalda, pero estos precios abrasan):
http://www.gorakadan.com/
Me encantan tus relatos del Japón, Conchi. No echas de menos Asia? Nosotros sí!
ResponderEliminarMadre mia que lio para darte un baño. Seguro que me da un ataque de risa en el peor momento, y todas las señoras me echan!
ResponderEliminarLa verdad es que la temperatura espanta un poquito pero, mejor eso que los cubitos de hielo!
ayyyyyy.... que maravilla!!! esa foto de los arboles en otoño me mató! Me encanta como has contado la historia, me he reído mucho con lo de las miradas por no usar la toalla de forma apropiada. ¿A quién se le ocurre? jajajajaja...
ResponderEliminarPinta bien lo de la piscina calentita, especialmente si ahora hace tanto frío en Finlandia... por lo menos, de teletransportarte se te calientan los pensamientos...
Un besote!!!!
Ay qué gusto!
ResponderEliminarMarchando un onsen pero ya!! que estoy rebentá!
Da gusto leer tus posts. Tienen función onsen.
;)
¡¡Que bien nos lo cuentas Conchi!! Me he sentido allí mismo, (eso si, en mi fantasía tenía el bañador puesto, porque eso de estar como vine al mundo... NO. ¿no te daba corte?)
ResponderEliminarPor cierto: me apunto al teletransporte ;)
Un besazo.
¡Conchi! A mí también me habrían mirado feo con el cuento de la toallita, qué incómodo, jejeje...
ResponderEliminarPero, dejando de lado el pudor malsano, qué increíble experiencia ha sido este viaje a Japón; me encanta que cada cierto tiempo te sacas algo nuevo de la manga :)
Besos,
Hagamos la version patria y barata. En Orense, existen las termas... algo así como lo que has mostrado de Japón, se llaman "As Chavasqueiras", son 3 "piscinas" que van de los 45· a los 39·, puedes ir en bikini, son exteriores, y la entrada cuesta 3€
ResponderEliminarSusana, estamos enamorados de Asia y sobre todo de su gastronomía.
ResponderEliminarLo bueno de vivir en Helsinki es que ahora lo tenemos más cerquita.
Ladonna, yo iba con mi hermana que no paraba de hacer bromas sobre las buenas señoras con las que compartíamos baño.
La verdad es que nos reímos un rato (aunque bajito, eso si)
Syl, lo de la forma de actuar y las reglas de educación es muy estricto en Japón. Lo más curioso es que en muchos sitios no están acostumbrados a los visitantes occidentales, así que en los hoteles ponen instrucciones en inglés para evitar malentendidos.
De alguna forma me recordó un poco a occidente, a lo poco permisivos que somos con las costumbres y cultura de los demás.
Lasti, lo de reventá no me gusta pero na. Un onsén marchando y una noche en la que puedas dormir de un tirón.
Raquel, ya estoy curada de espanto con la sauna finlandesa.
ResponderEliminarDe todas maneras y por raro que parezca esas son sus duchas. Vamos, que a no ser que vayas a un hotel muy preparado para occidentales, el baño abre de cierta hora a cierta hora por la noche y si te quieres duchar o bañar tienes que ir allí.
Ya sabes el dicho: "allá dónde fueres, haz lo que vieres"
Pati, gracias a esos "ases" me siento menos clpable por tener el blog tan dejado.
Entre que no paro de dormir y el frío que hace fuera, no tengo mucho que contar.
Ely, marchando un teletransporte a Galicia. Termas, buen paisaje, buena comida y mejor compañía.
Ese si que sería un viaje placentero
me encanta lo de que os hayan dejado una especie de "normas"..yo podría ser muy torpe y no me gusta nada, nada que la gente no se "adapte" a la cultura o a las costumbres del país que visitas.
ResponderEliminarYa pillé la foto de febrero.. cogí la de los bancos contagiada por tu entrada, te quejas del frío y en esos bancos esos rayos de sol..son tan esperanzadores!!!
la experiencia tiene que ser increíble.. yo adoro el agua caliente.. así que "hervir" un ratito me encantaría ;)
y en la de exterior.. estoy segura de que no me movería nadie en muuucho tiempo
un besazo!!!
Me encantan tus historias de Japon! Tengo que ir algun dia! Es como otro mundo, con otras reglas. Recuerdo que mi amiga M me conto que no era buena educacion soplarse la nariz en publico!
ResponderEliminarCreo que yo estaria feliz bannandome asi, a mi me encantan los bannos ceremoniosos, con espuma y jaboncitos especiales.
Gracias por llevarme a viajar!!!, hoy a Japón, otros días a Helsinki, es una maravilla
ResponderEliminarY la verdad que tus posts me acercan un poco de aire fresco en esta Buenos Aires que nos derrite poco a poco
Besos
Gaby
Que delicia de experiencia. Me metería sin dudarlo en esa piscina caliente. Con lo bien que me vendría en estos momentos.
ResponderEliminarMuy buenas las fotos, mas allá del vapor.
Besos
conchi vengo pitando a aclararte una cosa!!!jajajaja..
ResponderEliminarUp, sí lloré.. y el "corto" dela historia de la pareja de lo más bonito del mundo pero..
up in the air.. dir: reitman con george clooney!! jajajaja
ahora en cartelera.. y también muy bonita y recomendable
besos
Conchi!!! que relatos tan lindos, ahora sí que deplano me teletransporté ahí.
ResponderEliminarQue grandes aventuras has vivido, no sé como la hubiera yo pasado con lo penosososísima que soy, pero definitivamente vivir esa aventura vale la pena. Japón siempre se me ha hecho enigmático, hermoso pero lleno de reglas que de este lado nomás no imaginamos, todo un mundo por descubrir.
Gracias por todos tus relatos, me encantan.
Un beso grande.