Porque viajar es un placer

Los que me seguís hace tiempo y, sobre todo, los que nos conocéis personalmente, sabéis que viajar es una de nuestras mayores pasiones.

Nada nos gustaría más que dejarnos llevar y dedicarnos a viajar por el mundo sin pausa, sin límite de tiempo. Conocer nuevas gentes, nuevos paisajes, disfrutar de miles de atardeceres, probar distintos sabores y dejarnos llevar por los olores, por las costumbres y por las diferentes maneras de vivir a lo largo y ancho del globo.

Si, sabemos que no es imposible. Sólo se necesita un arranque de valentía, que ojalá hubiéramos tenido un poquito antes. Pero nunca se sabe, la vida es larga y puede que ese momento de inicio llegue cuando menos nos lo esperemos.

Además, si lo pienso un poquito, siempre estamos de viaje. Vivimos cada día con un nuevo descubrimiento, conocemos constantemente gente nueva y no os lo voy a negar, estamos sumergidos de pleno en otra cultura, en otras costumbres, en otra forma de ver la vida.

Pero yo no venía a hablaros de algo que ya sabíais. Venía a hablaros de la fotografía de viajes.

Yo era, hasta hace no mucho, de esas que pasean la cámara de un lado a otro pero pocas veces la saca de la funda. ¿Qué por qué?

Pues muy fácil. No me considero muy fotogénica, siempre hay alguien dispuesto a pelearse por sacar fotos de grupo y me niego a sacar la foto que ya aparece en las postales, la que hace temblar a tus amigos cuando les dices: "pásate por casa y te enseño las fotos de mi viaje a Cuenca".

¿Por qué mirar la vida a través de la pantalla de la cámara cuando hay tanto que ver, que disfrutar?

Hasta que viajamos a África y su magia me absorbió.

Todo era tan nuevo, tan diferente, que la fotografía se convirtió en un medio de capturar momentos, sensaciones, trocitos de vida perfectos que no quería olvidar.

Y de eso exactamente va el curso #Aventura de Jackie Rueda.

Un curso que me hace viajar cada mañana sin moverme de la pantalla del ordenador. Un curso lleno de momentos, de sensaciones y del "cómo" hacer que las fotos que sacaste mientras estabas fuera de casa, te hagan volver a ese mágico y perfecto instante en el que decidiste que no querías olvidarlo y merecía un click.

Mi espíritu viajero se está despertando. Puede que viajemos a hacer un picnic al parque de la esquina o que nos vayamos al país vecino.

Lo que si estoy segura es que mi cámara será una más de la familia y espero que, pasado el tiempo, mis fotografías me transporten a aquel momento perfecto con su sabor a especias, su olor de mar, su sonido de risas y ese cosquilleo que sientes en los brazos tan placentero cuando sopla la brisa de fondo.

Os deseo lo mismo.

Gracias, Jackie, como siempre.