Este ha sido un fin de semana raruno, de esos de dejar pasar de largo.
Todo empezó con mi disco duro negándose a funcionar. Toda nuestra historia en una cajita plateada que no se conecta al ordenador sin razón aparente, o motivo alguno.
Si alguna vez os habéis dicho voy a hacer un back-up, ya estáis corriendo a hacerlo. Si no os dejáis de repetir la frase, tengo que pasar más fotos a papel, mañana ya es tarde, empezar hoy.
No creo que sea capaz de explicaros los sudores fríos que me caen de pensar que los señores informáticos no puedan rescatar esos trocitos de historia que me he entretenido en inmortalizar todos estos años.
Sé que nadie me quita mis vivencias, ni mis recuerdos, pero en esas fotos iban muchos de esos momentos cotidianos que te traen a la mente pequeñas cosas que la memoria olvida y que no quiero perder de ninguna manera.
El sábado nos despedimos de unos buenos amigos que siguen su camino lejos de estas tierras frías y una persona muy querida terminó el día en el hospital.
Y hoy nos levantamos tristes, porque sabemos que hay personas que ya lo han vivido todo, o casi todo, que han sido felices y que han llegado a dónde están con la cabeza bien puesta y la alegría de vivir. Pero eso no hace más sencillo las despedidas, porque decir hasta luego ya duele, pero decir adios, eso ya son palabras mayores.
Y es en esos momentos, en los que los adultos nos metemos en nuestro mundo y nuestros problemas, es cuando los pequeños son los que toman las riendas y nos llevan de la mano al mundo de la felicidad, ese que está en las cosas pequeñitas.
Esta mañana Pol, que sabía que papá estaba muy triste, llegó al salón con todos sus muñecos favoritos, le pidió que se sentara en el sofá, lo tapó con una manta, le colocó cerca al señor burro, al conejo, al tigre y a Mic y le pidió que le pusiera sus dibujos favoritos. Y él se sentó a su lado, después de darle un beso y le dio la mano como queriendo decir que todo estaba bien y que no había nada de que preocuparse.
Y después le pidió que se subiera a su nuevo barco, desde el que quiere surcar los océanos de su habitación. Encontró mi gorro de paja del verano, que se convirtió en su sombrero pirata y fabricamos una bandera en un plis plas.
Y ya no hubo penas. O sí, pero menos penas, porque a veces las mejores medicinas son aquellas que nos hacen sonreir.
Así que hoy os regalamos un poquito de la nuestra.
Hoy después de muchos días de dejarla de lado, cogí la cámara de nuevo. Hay muchos momentos cotidianos que recordar y si no puedo recuperar los antiguos, que al menos estos sean el comienzo de los nuevos.
Cruzar los dedos, eso sí.
Muchos abrazos para los dos y un achuchón para el pequeñín.
ResponderEliminarNo hay como tener un niño cerca para que las penas sean menos penosas y más llevaderas.
Un beso fuerte.
muchos besos!
ResponderEliminarConchi, con lagrimitas en los ojos conforme iba leyéndote. Qué bonito es Pol!!
ResponderEliminarCruzaremos los dedos para que esas fotos vuelvan a tí. Seguro que consiguen recuperarlas, ya verás.
Siento mucho vuestra pérdida. Nada puede llenar el vacío que dejan algunas personas, pero su recuerdo siempre estará ahí, con nosotros para siempre.
Un besote!!!
La verdad es que todavía no ha llegado el momento de decir adios. Sabemos que está cerca, pero aún sigue luchando, como siempre lo ha hecho.
EliminarGracias por tus bonitas palabras
Espero que recuperes las fotos, buf no quiero ni pensarlo. Te mando un beso y todo mi ánimo en estos momentos malos.
ResponderEliminarTengo todos los dedos de mi cuerpo cruzados entre sí, y pidiendo a mis compañeros que los crucen por ti. Espero de corazón que recuperes tus recuerdos digitales.
ResponderEliminarUn beso.
Muchos ánimos a toda la familia Conchi.
ResponderEliminarBesos.
Un abracito para esta familia tan maravillosa que habéis creado. Dejarse llevar por l@s piratas de vez en cuando nos sirve para coger aire y fuerzas... Ah y no se me olvida cruzar los dedos!!
ResponderEliminarHola Conchi,
ResponderEliminarHace unos días te comentaba la cara de felicidad de Pol en una de las fotos de instagram, yo es que tengo que confesarte que es uno de los niños 2.0 de los que estoy enamorada, tanto que mi marido antes de que le enseñe una imagen ya sabe perfectamente de quien le hablo cuando simplemente digo "Mira a Pol"...
¿Qué porque te estoy escribiendo esto? Pues para decirte que siento mucho que esteis pasando por una situación así en la distancia pero que me alegro de haber confirmado después de leer este post lo especial que es vuestro hijo, y seguramente también será el que viene en camino.
Espero que puedas recuperar tus recuerdos en imágenes, las experiencias las llevaras siempre contigo.
Un abrazo muy muy fuerte
¡Conch!
ResponderEliminarAcá tmbién cruzo los dedos para que recuperes tus recuerdos, ya verás que sí, y a realizaar respaldos inmediatamente.
Te mando un fuerte abrazo.
Besitos a Pol, está hermoso.
Muchos ánimos y suerte con el disco duro. Yo tengo doble copia de seguridad de las fotos, por si acaso...
ResponderEliminarSuerte con ese disco duro, normalmente todo se puede recuperar, a una mala muy mala, en un laboratorio especializado te lo podrían desmontar y montar los discos magnéticos en otro soporte para recuperar los datos almacenados, aunque ya te digo que es bastante caro...
ResponderEliminarMucho ánimo, guapa.
A mí me pasó lo mismo... y aunque a patadas conseguí rescatarlas. Ánimo, Preciosa!
ResponderEliminarEspero que recuperes esas fotos!
ResponderEliminarQue hijo mas guapo tienes !
Lo malo de esta vida es que tenemos que pasar por momentos muy duros, pero esos momentos nos hacen estar muy cerca de la gente que importa, nos quiere y queremos... es el lo bonito de esta vida.
ResponderEliminarMucho ánimo, y suerte con las fotos!
¡¡Hola guapa!!
ResponderEliminarMenos mal que es mirarle la carita a los niños y pensar que hay que ser fuertes para seguir hacia delante… mucho ánimo a tu marido en estos momentos…
¡Un besazo muy muy fuerte!!
Mar
Mucha suerte con las fotos, Conchi!!! Ojalá las recuperes pronto. Pero qué mayor y qué guapísimo está Pol.
ResponderEliminarÁnimo y mucha fuerza en estos momentos difíciles.
Un besazo muy fuerte.
Pol es una monada, y estoy de acuerdo en que los pequeños son alguien mágico que viene a nuestras vidas y que gracias a ellos ponemos muchas veces nuestros pies en órbita, (o en la tierra, quién dijo que no salimos de la tierra al crecer) viendo el mundo mucho más bonito. Y con respecto a las fotos duelen y mucho, son recuerdos materiales!! pero cada vez estamos más preparados y seguro que las recuperas! un fuerte abrazo para todos.
ResponderEliminarHola, soy Esperanza, la mamá de un niño de la edad de Pol que se llama Antón. He sentido la necesidad de ponerme en contacto contigo para agradecerte este momento. A través de la mirada de Pol, de su significado, he sentido una gratitud tan especial como si el regalo de la vida me fuese dado de nuevo. Es bueno rodearse de cosas bonitas, en ocasiones, funcionan de faro en medio de la oscuridad. "Coses Apes", como bien decía mi madre.
ResponderEliminarÁnimo, preciosa! Los malos momentos pasan. Todos, incluso los peores.
ResponderEliminarUn abrazo