Kamari Beach - Monolithos
Por eso no nos molestó no encontrar playas de arena blanca en Santorini, aunque teniendo en cuenta su origen volcánico, la verdad es que no era para menos.
Red Beach, un enclave precioso de acceso complicado con niños saltarines.
Estaba a reventar y la música tecno se oía casi en España. Una pena, al menos por nuestra parte.
Playa de Almira.
De la playa no, pero del chiringuito ya os hablo otro día.
Recorrimos toda la isla, visitamos todas las playas a las que se podía llegar por medio terrestre y si tuviéramos que elegir, nos quedaríamos con aquellas apartadas, dónde prácticamente no había nadie.
Playa de Vlyhada.
Larga, sin gente, aunque un poco alejada de bares, chiringuitos y esas cosas que busca parte de la civilización.
Pero nosotros nos quedamos con la playa de Pori.
La encontramos un día al atardecer, íbamos a ver meterse el sol desde un faro ubicado en una punta de la isla y vimos el cartel al pasar por la carretera. Pensamos acercarnos para darnos un chapuzón rápido y nos desviamos por una carretera de tierra, todo curvas y pendiente, de esas que si hubiera sido posible, nos hubiéramos dado la vuelta.
Pero estaba allí, al final del camino. Una playa de piedras entre acantilados con un pequeño bar familiar a la entrada, como queriendo explicar que hasta allí también llegaba la civilización.
Después de salir de los pueblos atestados de gente era como llegar a Marte, un planeta rojo y aislado pero con los colores más azules que uno se puede imaginar.
Nos pasamos un rato disfrutando del tiempo, cada uno a los suyo, sabiendo que era uno de esos momentos perfectos que ocurren muy de vez en cuando. Esos instantes en los tú te paras con el tiempo y que no hay nada mejor que dejarse llevar.
Cuando casi ya se había ido el sol, decidimos seguir nuestro camino.
Ya no se nos hizo tan largo, ni tan peligroso, así que nos dedicamos a disfrutar del paisaje agreste y de los campos de cultivo, hasta que al final del camino, cuando ya no se podía seguir más allá, nos sentamos a despedir del todo al sol.
Adios señor sol, adios.
Espectaculares imágenes del mar
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Que lindo, como extraño el mar y el calorsito, me dan unas ganas viendo estas fotos!!!
ResponderEliminarUn saludo
Que bonito, estuvimos en Santorini unos veranos atrás. Lo pasamos tan bien!
ResponderEliminarNosotros somos mucho de playa, pero poco de sombrilla y sol... nos gusta llegar ponernos las aletas, las gafas con sus snorkels y a ver fondos marinos. Marc utiliza snorkel desde sus 4 tiernos añitos... así que hemos disfrutado como enanos viendo fondos marionos. Y los de Santorini preciosos.
Tus fotos me transportan a momentos muy felices.
Feliz dia.
Que bonito, estuvimos en Santorini unos veranos atrás. Lo pasamos tan bien!
ResponderEliminarNosotros somos mucho de playa, pero poco de sombrilla y sol... nos gusta llegar ponernos las aletas, las gafas con sus snorkels y a ver fondos marinos. Marc utiliza snorkel desde sus 4 tiernos añitos... así que hemos disfrutado como enanos viendo fondos marionos. Y los de Santorini preciosos.
Tus fotos me transportan a momentos muy felices.
Feliz dia.
Yo tampoco soporto estar en la playa tumbada sin hacer nada. Me encantan las fotos, mereció la pena el camino de curvas.. Un besito.
ResponderEliminarParecen espectaculares los atardeceres ahí.
ResponderEliminarYo tampoco soy de vuelta y vuelta, me gusta el mar y remojarme en él, sobre todo en piscinas naturales, que en mi isla La Palma, tenemos muchas, de piedra volcánica, en la que entra y sale el mar a su antojo. Son todo un gusto.
mmm qué lindo la playa!!!! A mí si me gusta. Cuando todavía era (aún más) joven me podía pasar día entero tirada en la playa! Claro que el sol no tenía entonces tan mala prensa
ResponderEliminarPero que fotos !
ResponderEliminarEstoy segura que el sitio era espectacular, pero también que tus fotos nos lo muestran con su mejor cara
Qué ganas de playa me han entrado de repente... Estoy contigo, huir de las marabuntas en verano es toda una faena, y más en las playas! Por eso mis favoritas son las playas del Alentejo portugués: preciosas, casi desiertas, limpias... todo un paraíso!
ResponderEliminarCuando estuve en Santorini, recuerdo recorrer sus carreteras buscando también lugares recónditos. Encontramos una pequeña iglesia blanca, puro contraste con el cielo infinitamente azul y la tierra oscura. Qué maravilla de lugar. La playa casi ni la pisamos, creo que esa isla es mucho más que playa.
ResponderEliminarUau! Preciosas imágenes! Me apunto el nombre de la playa si algún día puedo viajar a esta isla. Bueno, Pori es muy fácil para recordar. :)
ResponderEliminarUn abrazo desde bienetreblog.blogspot.com.es