Como un huevo a una castaña

Tengo que haceros una confesión: No me gusta la fruta.

No en el sentido estricto de la palabra y tampoco toda la fruta, pero vamos que si hoy mismo dejo de comer fruta, no sentiría ningún tipo de vacío existencial.

Soy rara, lo sé, sobre todo en mi familia, auténticos devoradores, pero os advierto que es todo un espectáculo verme comer un plátano un poco verde, una naranja o una mandarina con semillas. Empiezo a poner caras raras y me vuelvo un niño pequeño cuando no le gusta lo que le metes en la boca.

Vergonzoso, lo admito y prometo que trato de cambiarlo, pero es superior a mí.

Así que si unís eso a que aquí en invierno las frutas y verduras dejan mucho que desear, comprenderéis por qué nuestro frutero está vacío o con lánguidas piezas de fruta esperando dar pena y ser comidas.

Todo esto viene, porque en mi grupo de fotografía "Yo también" el tema del mes es "Mi cotidianidad" . Y una de mis actividades cotidianas es COCINAR, algo que me encanta.

El día de la foto estaba preparando una "Crema de Zanahorias con ajo asado" y una "Tarta de Mandarina" y esta última (que yo preparé para no tirarlas, que tirar comida me da dolor de alma) ha levantado tanta expectación que he decidido compartir la receta.

Primero de todo, la receta no es mía. Es de Nigella Dawson, una cocinera con unos libros de cocina súper coloridos y divertidos, pero yo, la encontré aquí.

Smitten Kitchen es uno de los múltiples blogs de cocina que visito (altamente recomendable pero en inglés) y según su foto debería quedar tal que así:

Foto de Smitten Kitchen

Buena pinta, ¿eh?

Pero la presentación me quedó así:

Lo que os decía. Se parecen "cómo un huevo a una castaña", pero rica,...., RICA está un rato.

Está es la receta (aviso, la transcribo tal cuál, con mis apreciaciones al lado):

TARTA DE MANDARINA

• 4 o 5 mandarinas (unos 375 gramos). Si las mandarinas son como las que estoy acostumbrada, con dos o tres ya tienes el peso. Nosotros necesitamos SEIS.
• 6 huevos.
• 225 gramos de azúcar.
• 250 gramos de almendras molidas. (Yo utilicé nueces, porque almendras no tenía en ese momento)
  
• 1 cucharada de café colmada de levadura. (Lo del café es por el tamaño de la cuchara)
  

Opcional: azúcar glass para decorar.

Poner las mandarinas en una cazuela con agua fría y dejarlas cocer 2 horas (el tiempo se cuenta unan vez que el agua empieza a hervir). Estar al tanto porque durante las dos horas estaréis varias veces a punto de quedaros sin agua. Un consejo, hervir el agua que vais a añadir para no cortar la ebullición.

Una vez que están frías se escurren y se cortan en trozos, eliminando las semillas, si las hubiera. Después se machacan con el robot de cocina o con un tenedor.

Foto de Smitten Kitchen

Precalentar el horno a 190ºC.

Engrasar el molde con mantequilla para evitar que la masa se pegue al molde.

Batir los huevos y añadir las almendras molidas, el azúcar y la levadura. Mezclar bien y añadir el puré de mandarinas.

Verter la mezcla en el molde y hornear entre 30 -50 minutos.

¡Ojo!, parece ser que Nigella recomienda 60 minutos. Como el tiempo depende de cada horno, el truco que no falla es el del palillo. Se pincha el pastel con un palillo y si sale seco, el pastel está hecho.

Una vez que está frío se puede desmoldar y decorar con azúcar glass. La tarta de la foto impresionante está decorada con un glaseado de azúcar y zumo de mandarina.


Advierto que con los días mejora. Sé que es difícil comprobarlo, porque nosotros somos dos, yo lo hice antes de ayer y ya no queda mucho de ella. (Ayer por la tarde nos pusimos mano a mano y casi dimos cuenta)


La receta de la Crema de Zanahoria con ajo asado, es de Garbancita. (Pinchar en el enlace para acceder a ella).

Foto de Garbancita.

Estaba buenísima, pero no os paséis con el ajo que si no os perdéis el resto de sabores.

¡Qué aproveche!