Paseando

Hay días que me levanto y el cielo está así

(los cristales no están muy limpios, pero con la nevada de anoche y el doble cristal, ...)

Bueno, vale, cuando me levanto, no, después de tomarme el segundo café y cuando ya llevo un rato en el ordenador, porque cuando me levanto todavía es de noche. (Y que conste que no me levanto pronto, no siendo que los madrugadores de mi alrededor se vayan a ofender.)

Y claro, en un país en el los días soleados son bastante escasos (al menos en invierno), me obligo a levantarme de la silla, a abrigarme cual esquimal y salir a la calle (aunque afuera haga menos de 6 grados bajo cero)

Y eso es lo que pasó la semana pasada.

Abrigadita y calentita (me falla todavía el tema guantes: si calientan hay que quitárselos para hacer fotos) me fui a dar uno de mis paseos favoritos.

Helsinki es una ciudad rodeada de mar por casi todos sus lados, así que, viviendo en el centro es fácil llegar hasta una de sus orillas y seguir bordeándolo para volver a casa unos cinco kilómetros y medio después (según googlemaps)

(Lonely Planet: www.lonelyplanet.com/maps/europe/finland/helsinki/)

Y estas son algunas de las cosas que vi:



Los campos de fútbol (o de tierra sin más) se han convertido en campos de hockey hielo para disfrute de los niños (y de algunos mayores).

Coste cero, bueno mejor dicho, algunos grados bajo cero.

Los parques se han quedado definitivamente "pelados y marrones", vamos que no crece nada con este frío.

(Diferencias entre Verano e Invierno. Aviso, no es la misma perspectiva, pero si el mismo parque)

Y aunque el mar no se ha helado del todo, los patos no saben dónde meterse (yo pensaba que migraban a países más cálidos)






y hay imágenes tan bonitas cómo estas:

¿sentarse o no sentarse a admirar el paisaje? No sé si hay cuestión

Y cuando ya llegó helada "cubito" por el paseo,


aparece el mercado de Kauppatori .



Allí entro en calor y aprovecho para tomarme una sopa como esta:



Yo que era como Mafalda, ahora me alimento de sopas contundentes plato único.

Y el que crea que me mato de hambre que venga a probarlas o que le pregunte al hombretón de mi padre, que en su última visita temió morir de inanición cuando sugerí comer sólo una sopa y ahí está, todo machote soportando el temporal que hay en España después del que aguantó por aquí.

Y para que veáis que el mar no se congela, pero que el río ya está, os dejo unas fotos de estos aguerridos pescadores que deben trabajar para la Findus y le entregan el pescado directamente congelado y fresco.

(Está sacada de un poco lejos, pero yo no soy tan valiente todavía como para adentrarme en el hielo)

P.d: En la azotea de Smilax están de sorteo cumpleañero. Si queréis probar suerte pasaros por allí. (Yo ya lo hice)